¿Quieres aprender un nuevo idioma, comenzar tu negocio, bajar de peso, cambiar tus hábitos? ¡Perfecto! Empieza donde estás. Usa lo que tienes. Haz lo que puedas.
Este es un mantra para todas las personas que queremos emprender algo. Plantearse los cambios desde estos principios nos puede ayudar a optimizar nuestro esfuerzo y asegurar nuestros logros. En definitiva: ser efectivos.
Empieza donde estás: Querer cambiar o lograr algo no tiene por qué ir ligado a hacerlo rápido. Probablemente sea más efectivo un cambio gradual, partir de donde estamos e ir moldeando nuestros hábitos hacia donde queremos llegar. Lo importante es la dirección, no la rapidez. Si pretendemos empezar desde un punto desconocido o saltar directamente hacia donde deseamos sin una transición, nos provocará gran incertidumbre o estrés, y quizá terminemos abandonando el objetivo.
Usa lo que tienes: Usa los recursos que tengas a mano, no hagas grandes inversiones. Quítate esta presión y deja que fluya. Si usas lo que tienes a mano, seguro que ya lo conoces muy bien, así que te podrás centrar en el objetivo y no en aprender cómo hacerlo. Presionarse en exceso no es garantía de nada. Además, reducirás los costos del abandono o fracaso. Fallar, reflexionar, volver a empezar; esto es muy normal. Y si solo tienes recursos para una jugada, el fracaso puede ser letal.
Haz lo que puedas: Como dicen, “quien hace lo que puede, no está obligado a más”. No juegues un juego que no puedes ganar. Si lo haces, solo hay un resultado posible: frustración. Ojo, esto no es sinónimo de conformismo. Para poder correr una maratón, primero tendremos que ser capaces de correr 5 kilómetros seguidos, después 10, 20, 30…
Lo importante es empezar, no todo va a ser perfecto y no esperes a que lo sea. Es mejor tomar acción imperfecta que quedarse en parálisis por exceso de análisis. Empieza, revisa tus avances y corrige, así lograrás tu objetivo.
Recuerda: Empieza donde estás. Usa lo que tienes. Haz lo que puedas.